jueves, 7 de noviembre de 2013

Rosario PORTO - Las COSAS en su LUGAR








Rosario PORTO - Las COSAS en su LUGAR

Notas respecto al circo mediático que una vez más tiene como triste protagonista a la grafología, o mejor dicho al mal uso y ABUSO de ella.

Pseudo grafólogos o aficionados solo interesados en su propio protagonismo, que se adjudican la titularidad de unos conocimientos y de un “saber” en una materia que solo conocen muy superficialmente, la cual tratan de forzar y de condicionar, adaptándose a ese sensacionalismo barato imperante en los medios de comunicación, los cuales tratan de establecer juicios paralelos que dicho sea de paso no tienen ninguna relevancia jurídica real, tan solo se los emplea y utiliza como “piezas clave” de ese circo, que pretende con ello acaparar audiencia de la manera que sea y a costa de lo que sea, algunos “grafólogos” una vez más se pliegan a alimentar ese espectáculo, buscando su efímero momento de gloria, sin importarles siquiera subvertir incluso los principios troncales de la propia grafología, lanzándose a interpretaciones aventuradas que podemos englobar dentro de la conocida en el argot profesional como “grafología de salón”, pretendiendo acreditar hipótesis interpretativas desde una óptica absolutamente parcial de “rasgos sueltos”, algo que ya a finales del siglo XIX quedo ampliamente desacreditado por inviable, tras los trabajos e investigaciones principalmente de: Jules CREPIEUX JAMIN en Francia o de Ludwig KLAGES en Alemania, el genio de estas dos personalidades consolidó y postulo una verdadera grafología científica, o en la última mitad del siglo XX las referencias indiscutibles en nuestro país de autores de referencia como Augusto VELS o Mauricio XANDRÓ, que dejan atrás décadas de oscurantismo, superchería y especulación de las épocas anteriores, algo a lo que desgraciadamente se siguen abonando interesadamente algunos, por los motivos comentados.

La grafía de Rosario PORTO es una estructura gráfica, la cual apreciada en un sentido sistémico nos ofrece un grado bastante considerable de NORMALIDAD, si bien dentro de esa normalidad se pueden matizar algunos puntos o extremos, que señalaremos a continuación.
El conjunto aparece bastante ordenado y organizado, si bien se nos muestra con un grado de espontaneidad limitado por lo que se evidencia un autocontrol excesivo, un fuerte sentido del orden, de la reflexión y de la organización, así como un cuidado extremo y de precisión en la ejecución.
La grafía es de un tamaño pequeño y rebajado, con un elevado vaivén en la inclinación, así como cierta sinuosidad en la base de la línea, que denotaría una escasa estabilidad emocional o en todo caso la presencia de una elevada sensibilidad a flor de piel, lo que conlleva también evidentes contratiempos para canalizar los impulsos energéticos, por lo que no se pueden descartar ciertas reacciones de irritabilidad, cuando las barreras del control inconsciente tienden a sobrepasarse en alguna medida, todo ello enmarcado dentro de una actitud conciliante y flexible, pero a la vez sumisa en cierta medida.
A lo largo de las 47 líneas de las que consta el texto, podemos observar una media elevada de pequeños retoques o puntuales titubeos, que nos evidencia un cierto grado de obsesividad, e incluso de obcecación, que también puede derivar de forma puntual en cierta obstinación, dentro de una postura donde las ideas fijas tienden a marcar determinadas creencias y valores de los cuales no acostumbra a desligarse, al menos con facilidad.
Muestra un evidente amor propio, en el cual su opinión personal tiende a prevalecer sobre la ajena, lo que resulta compatible en todo caso con un narcisismo de fondo y en una postura ocasionalmente egocéntrica.
Resultará en buena medida diplomática e incluso por momentos manipuladora.
Otro planteamiento que se trasluce sin dificultad en esta grafía es el de la angustia y el miedo que se ve reflejado y remarcado por los “cuchillos” y “pasillos” verticales que se observan por todo el texto en un número cercano a los 40.
También son reiteradas las torsiones en los ejes, así como ciertos óvalos pinchados y desde luego la ya comentada oscilación en la inclinación que nos perfilan un talante en alta medida apegado al sufrimiento o en todo caso con una direccionalidad de la agresividad que se orienta sobre sí misma.
Desde otro ángulo de observación y valoración del texto, encontramos algunos Lapsus Cálami, o reacciones emocionales, que conviene resaltar. Como sucede en: la línea 8 “persona discretísima”, la línea 10 “timidez profundamente violada”, en la línea 32 “crimen de mi hija” y en la línea 46 “de mi hija merece”, en la mayoría de los casos se evidencian lapsus direccionales, que nos señalaría el desanimo o pesimismo que en ese contexto verbal se trasluce, excepto en la línea 10 que se muestra un lapsus dimensional, que nos mostraría una reacción emocional airada por la temática que señala.
Otro de los temas controvertidos en este asunto es la firma donde algunos han querido ver unas cifras invertidas, que no son tales pues el mismo texto consolida las formas y la “t” final aparece representada en varias letras de la misma manera en el conjunto del texto. Lo que la firma SÍ nos indica es un cierto orgullo y altivez, que parece moderar el grado de sumisión que se aprecia en el conjunto de la grafía.
En resumen y dentro de ese ámbito de NORMALIDAD se observan las moderadas alteraciones ya indicadas, que como el desfase emocional pudieron ser motivo de consulta psiquiátrica, a consecuencia de la cual estaba ya recibiendo tratamiento.

Algunos colegas y compañeros del camino, como la grafóloga Begoña SLOKER o el grafólogo y psicólogo Manuel MORENO, supieron estar ante los medios a la altura de las circunstancias ofreciendo una versión, objetiva, ecuánime y mucho más ajustada a la realidad, demarcándose de los manipuladores enfoques a que nos tienen acostumbradas las cadenas de TV (sobretodo Telecinco) o de la prensa escrita.
Barcelona 7 de noviembre 2013
germán belda –IMX- Instituto Mauricio XANDRÓ

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